Instrucciones no incluidas
Virgilio Gonzalo Edesa
Barcelona, 1ª edición, septiembre de
2019
Stonberg Editorial
ISBN: 978-84-120011-5-0
El autor de este libro se lo ha pasado pipa escribiéndolo, se nota. Y
con ello, ha conseguido que al menos este lector que les escribe, también se lo
haya pasado muy bien. Es matemático aunque la magia de la literatura, por
suerte, hace que no siempre dos más dos
den cuatro, por eso tiene el mérito que debe tener el resultado correcto en
este caso de la operación; que el autor se ha divertido tanto, que el lector
también se divertirá. A este libro, los dos adjetivos que me mejor lo definen
son los de inteligente y divertido.
Conocí a Virgilio
Gonzalo allá por el año 2005 cuando ejercía como profesor de tecnología y de
ciencias en un instituto de Sabadell. Yo entonces acababa de publicar mi primer
libro de relatos, gozo que compartía con alguno de sus colegas de los
departamentos de lenguas, amigos míos. Entonces alguien me dijo que Virgilio
escribía unos micro relatos muy buenos, y cómics, y en lo sucesivo hablamos de
ello con la excusa de hablar de otras cosas. Yo me fui a Madrid y nos perdimos
durante unos años la pista. Al volver supe que había sido director del
instituto, que había cambiado de centro, y que había ganado el quinto concurso
de relatos “Inspiraciencia” organizado por el CSIC. Y recientemente, amistades
comunes, otros libros, y este excelente editor compartido, Jordi Castelló de
Stonberg Editorial, nos han hecho tropezar felizmente el uno con el otro.
Instrucciones no incluidas es la causa, o una
de ellas, de este reencuentro. Un libro de micro relatos, el más largo de unas
cinco páginas, muy pocos, aunque también los hay de una sola línea y la
mayoría, de una página o página y media. Un libro como decía, inteligente y
divertido, pero también cotidiano y filosófico, irónico y sugerente, con un
punto gamberrete y otro punto lírico en algunos momentos, como chispazos del
buen autor y del científico rendido a las virtudes de la literatura que anidan
en este libro, para explicar de otra manera lo que solo el alma entiende sin
necesidad de las evidencias de los números. A pesar de ello, el libro se abre
con una dedicatoria genial, como no la había visto en mucho tiempo, en la que
por medio de una fórmula matemática, relaciona las variables de sus
sentimientos y emociones.
A continuación vienen ciento diez relatos distribuidos en cinco bloques
de contenidos, que arman y dan sentido al libro, una manera de transmitir unos
mensajes, de ver la vida y reflexionar sobre ella, de ordenar lo que en ningún
modo, es una simple lista de pequeñas joyas narrativas.
Del primer bloque, Se admiten creencias, que está dedicado
a las falsas creencias o a aquellas ideas comúnmente aceptadas en virtud de los
intereses del sistema; destacaría En tu casa o en la mía, un relato Pere Calders
puro en el que juega con la fantasía de ser otro, otro muy cercano en este
caso, su vecino, y usurpar su vida a la vez que el otro ha usurpado la del
protagonista y finalmente, desde la otredad, echar de menos quienes fuimos.
El segundo bloque se titula
En las nubes y está dedicado
básicamente al mundo de Internet que nos invade. Contiene un genial Ir más allá, en el que desnuda la
impotencia de la triple uve doble frente a algo tan intangible como rotundo
como es la muerte.
En el tercer bloque, Entre
aparatos, centrado en los
artilugios o cachivaches de la tecnología que supuestamente nos facilitan la
vida, hay dos delicias como Deseo, que
parece ser una súplica humanizada de eternidad de esos aparatos y que es tan
corto, y tan lírico que merece la pena transcribirlo aquí:
Envejecer y que no me supriman al comenzar la
obsolescencia programada.
O el muy divertido Luchar contra molinos, en el que
Virgilio enfrenta a Don Quijote y su escudero Sancho Panza frente a un parque
eólico.
De A ciencia cierta, bloque dedicado a la ciencia en general y sus
intríngulis, destaco Todo no sigue igual,
una verdadera joya, poesía científica en estado puro que sirve para
explicar como las leyes de la física hacen posible los momentos más tiernos del
ser humano sin que seamos conscientes, como el beso de dos enamorados. Baste la
primera línea para hacerse una idea:
El sol vespertino calienta la tarde
al iluminar el tranquilo parque con un beso ocre y ámbar. (…)
Finalmente, el
bloque Libre y mercado, dedicado a
las leyes del mercado, a las reglas del juego comerciales que nos condicionan y
nos aborregan contiene el paradójico Dos
familias pobres para denunciar cómo los artilugios que supuestamente
facilitan la comunicación entre los seres humanos sin embargo, la han herido de
muerte. O el híper breve Tras la
tempestad, tan sugerente que también vale la pena transcribir:
Con gran tristeza, la mujer del
pescador entra de nuevo a comprar en la pescadería.
En definitiva, Instrucciones no incluidas “es un
surtido de bombones” como ha dicho el periodista y escritor Xavier Gual en el
prólogo, también breve, para estar a la altura como él mismo reconoce. Es un
repertorio de calambrazos narrativos que se leen solos añado, ideales para el
sofá de lectura, o para la mesita de noche e ir saboreándolos y, a menudo,
darnos cuenta de esas cosas que nos pasan desapercibidas mientras vamos
viviendo, empujados por la inercia de las fuerzas centrípeta y centrifuga.
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