Amaneció de nuevo Madrid
Anamaría
Trillo
Madrid, 1ª
edición de abril de 2015
Editorial
Playa de Ákaba S.L.
569 páginas
ISBN:
978-84-16216-51-2
Empecé a leer esta novela sobre todo por curiosidad y cercanía con su
autora. Antes de hacerlo me había dicho a mí mismo: bueno, al fin y al cabo, una
novela histórica más sobre la postguerra civil española, un género que inunda
de luces y algunas sombras la segunda mitad del siglo pasado y lo que llevamos
de este. Tenía un gran respeto por la capacidad profesional de Anamaría en la
gestión editorial, pero como autora apenas había leído algún relato suyo, de El faro de Umssola y otros cuentos
subterráneos (Playa de Ákaba, 2014), y Tierra
trágame del primer volumen de relatos Generación
Subway (Playa de Ákaba, 2014) que ella misma prologó, y del que tengo el
honor de formar parte junto a treinta y un autores más que Anamaría seleccionó,
y disculpen la inmodestia, con acierto. Ahora, después de leer Amaneció de nuevo Madrid, mi respeto
crece hasta una medida y justificada admiración. Y es que la novela es
impecable. Ya se sabe, o debería saberse, que la única dignidad debe residir en
el texto y este es mucho más que digno. Solo me queda añadir a esta captatio benevolentia inicial, que como soy
absolutamente libre y nadie me paga por ello, solo escribo reseñas de aquellos
libros que me atrapan, y si puede
ser, de colegas autores que aún no están en el escaparate del gran mercado
editorial. Aunque no siempre me da tiempo para todos los libros que reseñaría,
quizás precisamente porque no me pagan por ello, y lo digo para que no vaya a
enfadarse nadie.
Ya no se escriben hoy novelas como Amaneció
de nuevo Madrid, esta ha sido mi primera sensación al terminar la lectura.
Desde Soldados de Salamina de Javier
Cercas o La voz dormida de Dulce
Chacón, al menos yo no había vuelto a leer otra novela mejor, una nueva luz
para el género ahora ya en estos inicios de siglo XXI.
El argumento de Amaneció de nuevo
Madrid es sencillo. Margarita, una niña de familia pobre llega a Madrid en
los primeros años de la postguerra civil española para servir en una casa cuya
patrona paga a su familia para acogerla como sirvienta. Rápidamente la niña
Margarita descubre el submundo frío e inhóspito de la casa y del Madrid
destrozado por la guerra. Vive en una cárcel donde los sentimientos y la
esperanza de una vida mejor están secuestrados por la pobreza y la mediocridad
del momento y lo que podría parecer una oportunidad para una mejor vida a su
llegada, se convierten en un exilio sentimental. Pero llega ese día, como en
toda buena historia, en el que de repente, ocurre algo. Isidro, un amigo de la
familia más que pedirle, le ofrece matrimonio y así consigue sacarla de aquél
infierno. Ella, aunque no enamorada, hasta tal punto se siente víctima de una
cadena perpetua, acepta la situación para empezar su propia vida, el amor ya
llegará, piensa. Pero al poco cae en la cuenta de que lo único que ha hecho ha
sido cambiar un infierno por otro. Isidro es hijo de Orestes, un fascista resentido
y enfermo que vive con ellos y que convence a su hijo Isidro para que deje su
carrera de abogado y se ponga a las órdenes de Bujosa, un facineroso cuya
función es perseguir a los rojos y republicanos que aún pululan por la ciudad.
Isidro cae en una debacle vital que afecta a un matrimonio que podría haber
sido su salvación. En pleno descenso a los infiernos
acaba agrediendo a Margarita que tiene el valor de huir. Juan, un encuadernador
artesano, la socorre. Trabajará con él y descubrirán juntos y por primera vez,
el amor de verdad. Isidro se olvida de ella pero no los agentes del mal y la
salvaguarda de la patria. Lo convencen de que hay que hacer justicia y
restablecer su honor y acaban encontrando a los amantes Juan y Margarita, él,
torturado y ella desterrada en un convento donde pronto se evidencia su
embarazo. Finalmente Isidro, un extraordinario, complejo y poliédrico personaje
redondo junto al de Margarita, redimirá sus culpas torciendo el desenlace
final... en el que vencen la libertad y la fuerza del amor.
Lo que ya no es tan sencillo, lo que justifica que esta no sea una
novela más, y esa es la gran batalla de todo escritor; es la manera en que está
contada. Anamaría Trillo utiliza un estilo clásico, en el mejor de los
sentidos, heredero nada acomplejado de las mejores novelas de posguerra. Es
capaz de explicarnos la cruda historia del Madrid de los primeros años de la
posguerra a través de la historia humana de sus personajes, de esas pequeñas
vidas que juntas, trazan el mapa social de una época. Y lo hace con la precisión
del entomólogo, con largas y deliciosas descripciones de las relaciones humanas
donde los personajes principales Margarita, Isidro, Teodora, Orestes o Bujosa,
todos ellos de una fuerza y complejidad extraordinaria; se entrelazan
perfectamente con una galería de personajes secundarios pero no menos
importantes como Tina, Tobías, Julita, Pablo, Juan… Lo hace también con una
prosa sencilla, directa pero a la vez elaborada en un largo entramado de hechos,
capaz de conseguir que la acción no decaiga y no cese a lo largo de bastante
más de quinientas páginas.
Amaneció de nuevo Madrid, es también una novela climatológica,
permítanme el atrevimiento. La presencia del clima, de la atmósfera, de la
acción del frío, de la aparición o desaparición del sol, de las nubes etc. es
constante y siempre como una manera de ver el estado de ánimo de los personajes
y de los sucesos. Es un elemento del que quizás abusa en las primeras
trescientas páginas, pero sin llegar a molestar, acostumbrándote a medida que
la historia crece y engulle tu interés y tensión de lector entregado.
También me parece justo destacar el trato que Anamaría da a la historia
real y política. Es un trato elegante, adopta una posición muy evidente, pero
sin caer en la grandilocuencia de la crítica fácil. Explica el drama de unos,
la obsesión de otros, el miedo de todos. Dentro de la casi imposible
objetividad de toda novela histórica, en la que un buen autor debe
comprometerse, Anamaría lo hace y de manera muy clara hacia el bando oprimido,
hacia los que soñaron una España y un mundo mejor, y fueron sofocados por la
fuerza del cañón de la ignorancia franquista. En este sentido, se trata también
de un buen ejemplo de novela por la justicia de la memoria histórica. Y es de
agradecer, cuando todavía hoy, estamos rodeados de algunos a los que la verdad
les molesta, acaso porque son descendientes directos de los ejercieron la
fuerza del terror.
No querría olvidar también el papel de la mujer que en la novela,
obviamente es clase y sexo oprimido, fiel y callada servidora del machismo
imperante. Pero a eso también es capaz Margarita de oponer y plantar cara con
su dignidad humana y evolucionar en ese sentido para lograr el más sagrado de
los derechos: ser dueña de sí misma. Y
su fuerza la impulsa el motor más potente: el amor. Porque también,
afortunadamente, existen hombres libres y buenos, en aquella época y en toda la
historia de la humanidad.
Hay que felicitar a Anamaría, una primera novela como esta, nos hace
estar atentos y augurarle un futuro brillante en la narrativa contemporánea.
Barcelona, noviembre de 2015
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