Juan Antonio Masoliver Ródenas, en un artículo titulado "Vila-Matas y el viaje al fin de la noche" publicado en La Vanguardia el 7 de septiembre de 2005, refiriéndose lógicamente al territorio de la infancia del metaescritor barcelonés dice: (...) También, pues, su vocación viajera, otra constante de las novelas de Vila-Matas como búsqueda y como huida, tiene su origen en la infancia, cuando "viajaba de niño con el dedo por los mapas de mi atlas universal" (...)
Como Cortázar, como Borges, y como tantos otros. La fascinación infantil de los escritores por los atlas, una coartada para la huida.
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