El escritor argentino Rodrigo Fresán, en un artículo titulado "Historia abreviada de un Vila-Matas portátil" publicado en la revista Punto G, Guadalajara, México, en marzo de 2005, refiriéndose al monstruoso escritor catalán dice: (...) Vila-Matas -escritor "de culto" en todas prtes- no tiene ninguno de los premios importantes de su propio país ni lo llamó Jordi Pujol, Capo de la Generalitat, para felicitarlo por el Rómulo Gallegos. Tal vez lo consideren un escritor extranjero, quien sabe...
Y habría que preguntarle también a los Goytisolo, a Eduardo Mendoza, a Manuel Vázquez Montalbán, a Maruja Torres, a Juan Marse, a Féliz de Azúa, a Pedro Zarraluki, a Francisco González Ledesma o a Javier Cercas por citar a un ramillete de grandes escritores catalanes.
Salvando los abismos, yo mismo, cuando publiqué mi primer libro comprobé como la crema de la sociedad de mi pueblo de residencia entonces, militantes de Convergència y propietarios de los cuatro grandes y prolíficos apellidos del pueblo y de su consistorio, no acudían a la presentación de El leedor fósil. Yo, que soy catalán y Jordi, firmo mis libros como Jorge y eso, escuece y excluye.
Vaya por delante que nada está más lejos de mi intención que ofender a nadie. Quisiere llevar la cuestión por el buen juicio, quisiera hacerme entender, que se me escuchara y que quien quisiera responderme se tomara antes de hacerlo su tiempo de reflexión.
ResponderEliminarComo catalán, y según han dicho muchas y variadas voces y puede reconocerse en la historia, me enorgullezco del ‘seny’ y al mismo tiempo asumo la obligación de intentar comprender a todos, a los que han transitado por este país sin quitarse el barro de las botas, a los que han venido en busca de algo mejor y a los que nacieron entre sábanas de seda y luego vivieron de la queja. Ahora bien, esta queja no puede aceptarse como una forma de ser, no tiene el menor valor si procede de la falta de voluntad de comprensión del lugar donde se vive. Este país es muy pequeño, como la mayoría, y ha producido y espero que continúe produciendo excelentes poetas y notabilísimas novelistas, que en su día tuvieron los mismos problemas de reconocimiento oficial que los que un día decidieron escribir en valón, en gaélico o en la lengua de cualquier imperio. Y eso fue porque escribían bien. Simplemente. Y por ese motivo, algunos/as más tarde que otros/as, consiguieron publicar, y su obra voló hasta las Antípodas y ahí se quedó para siempre. Lamentablemente, hubo muchas aves a las que les cortaron las alas sólo alzar el vuelo y se quedaron a ras de suelo, porque el mercado, la política, en definitiva, la ignorancia y la estupidez son eso, estúpidas, y sólo llegaron a los más cercanos. Pero el tiempo pasó y puso a todos en su lugar, aunque costara. Hoy la Literatura en mayúsculas se encuentra por todas partes y los no estúpidos, que son los más, la reconocen en los países pequeños y también en los más grandes. Nosotros se lo agradecemos a aquellos poetas y a aquellas novelistas. Ellos y ellas merecen un respeto. Y este país pequeño, también.