La fotografía ilustra un sortilegio.
Elena Ortega, filóloga, lectora entregada, lo de voraz está muy manoseado, promotora de literatura infantil y juvenil de Alfaguara, culta, guapa y buena amiga, me envía esta foto desde un minúsculo rinconcito de El Retiro estos días de Feria del Libro. Y no es por esto, y ella lo sabe, por lo que he de decir que Elena ha sido una de mis felices apariciones el año pasado en mi exilio madrileño y desde la publicación de Saimon.
La fotografía ilustra, fosilizándola, la imagen de una lectura sobre la hierba quiero imaginar que placentera, tanto como el marco y el momento de quietud e introspección literaria que sugiere.
El sortilegio es que no todos los días, te lee un ángel.
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